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LUMEN PUBLICA «PROSA COMPLETA»
La palabra total de Alejandra Pizarnik

ANTONIO LUCAS

«Tú haces de mi vida/ esta ceremonia demasiado pura», escribió Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1936-1972), la hija del insomnio, en uno de sus mejores libros de poemas, 'Los trabajos y las noches'.

Pero esta declaración de intenciones poéticas puede desdoblarse como lema de esa obra total a la que aspiró la escritora argentina a lo largo de su intensa trayectoria creativa, truncada por suicidio con una sobredosis de seconal (barbitúricos).

Hasta ahora, de Pizarnik se conocía fundamentalmente su poesía, considerada una de las más proteicas de la década de los 60 en Latinoamérica. Sin embargo, su ansiedad literaria, ese ímpetu insaciable de escritura la llevó a erigir una sólida obra en prosa, con mucho editado en vida de la escritora, pero también con demasiados textos sesteando en el limbo de las revistas literarias de su momento todo conservado en la Universidad de Princeton, donde está el legado de la autora .

Entre olvidado y desconocido

Recuperar ese trabajo entre olvidado y desconocido ha sido el empeño de la editorial Lumen, que tras publicar Poesía completa, ha incurrido de nuevo en la galaxia Pizarnik con un volumen titulado Prosa completa, al cuidado de Ana Becciu y con prólogo de Ana Nuño.

«Con esta nueva entrega, que mejora y amplía la edición de las obras completas que publicó la editorial Corregidor en Argentina hace 10 años, queremos ofrecer una mirada más amplia de la escritura de Alejandra Pizarnik, que ha sido estudiada fundamentalmente como poeta, pero cuyo propósito literario fue mucho más amplio», explica Nuño.

De este modo, además de los textos inéditos que incluye la edición, se han puesto en limpio muchos otros, se han fechado y se han compartimentado en Relatos, Humor, Teatro, Artículos y ensayos y Prólogos y reportajes.

Entusiasmos y lecturas

En todos estos registros, las obsesiones de Pizarnik, sus entusiasmos y sus lecturas componen un territorio único del que se nutre su obra en conjunto. De este modo se aprecia una escritora sin fisuras. «Al publicar sus textos en prosa queda claro que existe una unidad y coherencia en todo lo que escribió, lo que permite enriquecer su recepción y su lectura», explica Nuño.

En la década de los 60, a la vez que la escritora iba componiendo lo más significativo de su poesía, trabajó en estas prosas en las que se muestra ese entusiasmo surrealista, esa curiosidad simbolista, ese apego a cierta tradición romántica que guiaron su atención literaria.

Los primeros textos recogidos por Becciu en el volumen responden a las sensaciones de Pizarnik durante un viaje a España. Santiago de Compostela, El Escorial y Madrid: «Voces desde la nada a ti confluyen», escribe. Y de aquí a otro escenario vital para ella: París, donde residió de 1960 a 1964, donde tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé e Yves Bonnefoy.

Motivos y figuras de su poesía

«Pero también cabe destacar cómo los relatos están cuajados de motivos y figuras recurrentes de su poesía: la seducción y la nostalgia imposibles, la tentación del silencio, la escritura concebida como espacio ceremonial...», según Nuño.

Elementos que, junto al poder del lenguaje, son los motores de su obra. «Esos, y no la locura o el suicidio, como erróneamente se ha señalado».

Y es que la figura de Pizarnik forma ya parte de ese espacio mítico en el que lucen algunas de las mujeres tocadas por la tragedia de una vida espantada, avocada al suicidio: Ana Ajmátova, Silvia Plath, Ingbor Bachmann, Marina Tsvietaieva...

«Otro de los propósitos de esta edición es acabar con esa falsa leyenda. Además, los últimos poemas que dejó escritos responden a una nueva etapa que nada tenía que ver con la depresión. Creo que hay que dudar de la versión del suicidio», agrega Nuño.

El caso es que Alejandra Pizarnik murió ¿voluntariamente? de una sobredosis de seconal. Desde ese momento su obra y su vida quedaron nimbadas de leyenda, de trágico atractivo. Quizá la próxima edición completa de sus Diarios, que también publicará Lumen, desvelen ese misterio fúnebre. Mientras se cierra la trilogía poesía, prosa, diarios , la obra de esta escritora se manifiesta fulgente, unitaria y extraodinariamente cómplice de la palabra, de la vida.

   
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